Llevaban años anunciando esta medida, que nunca llegaba hasta que hace unos días, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció que podrán, a partir de 2014, aplicar el criterio de caja en la gestión del IVA, esto es, pagar el IVA al cobrar la factura y no, como sucede ahora, cuando se emite la misma. Se trata claro está de un criterio que sera de aplicación voluntaria, quien lo desee podrá acogerse a esta modalidad.
Aunque casi todo el mundo está celebrando esta medida, ya se empiezan a levantar las primeras voces no en contra, pero si advirtiendo que "No es oro todo lo que reluce".
Esto es debido a que ahora, con el criterio de devengo, si una empresa paga tarde o no paga a su proveedor, este se ve obligado a ingresar en Hacienda un IVA que no ha cobrado y a su vez, la empresa puede deducirse un IVA que no ha pagado. Algo un tanto injusto ya que quien se beneficia de este criterio es quien no paga, ya que aparte de no hacerlo se lo deduce. Precisamente esta situación se pretende evitar con el llamado criterio de caja. En principio, el criterio de caja afectará tanto al pago como a la deducción. Dicho de otra forma: el proveedor que opte por el criterio de caja no ingresará el IVA hasta cobrar la factura y, su cliente, no podrá deducirse el IVA soportado hasta que no abone el importe de la operación.
Sin embargo, como en todas las medidas que se llevan adoptando durante estos años, existen las letras pequeñas y las matizaciones, entre las cuales podemos destacar la siguiente: se prevee que la posibilidad de recurrir al criterio de caja será optativo para aquellas compañías con un volumen de facturación que no supere los dos millones de euros. En principio es una simple limitación a su aplicación pero resulta un gran quebradero de cabeza para aquellas empresas que no superen el limite y que realicen operaciones tanto con proveedores con más y con menos facturación de la anteriormente mencionada y que quieran aplicar el criterio de caja.
Por ello, ya se empieza a hablar de una doble contabilidad en el IVA, una según criterio de devengo para unas determinadas operaciones y otra según criterio de caja para aquellas operaciones en las que tanto el proveedor como el cliente apliquen dicho criterio. Se trata por tanto, no de un beneficio para las empresas sino un tiempo extra requerido para llevar a cabo la contabilización de todas las operaciones.
Queda por tanto esperar a conocer la letra pequeña de la medida que tanto revuelo esta empezando a causar para saber como se pretende aplicar y si realmente va a ser una ayuda o más bien un obstáculo en la aplicación del IVA.
El criterio de caja en la gestión del IVA va a complicar las cosas
El criterio de caja en la gestión del IVA va a complicar las cosas
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sábado, 2 de marzo de 2013
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